Hace tiempo me autoimpuse una dieta. Una se va haciendo mayor y hay que cuidarse. Una dieta restrictiva, radical, de esas que no se recomiendan. Dejé de alimentarme de algo más destructivo que las grasas poliinsaturadas... Mi dieta consistió en reducir abruptamente el consumo de telediarios, periódicos y otras fuentes de desinformación masiva. Pese a ello, una vive en el mundo y también en feisbuc, e inevitablemente sucumbe a la tentación. La carne es, después de todo, débil como dirían Ellos. Así que ojeo titulares, me topo con noticias como la de Llongueras y otras noticias igual de surrealistas. Y así un buen día, cuando la cafeína aún no me ha llegado a la vena, me llegan descuidadamente titulares tan estremecedores como que el Papa visita Barcelona en breve. Es entonces cuando me da un bajón de tensión, recuerdo mi autoimpuesta dieta y me digo que no voy a volver a caer. Así pues, conscientemente me miento, como siempre y luego me cabreo sola al leer cosas como ésta y ésta.
No puede ser... a partir de hoy vuelvo a ponerme a dieta (y vosotr@s sois testigos). Así que me encomiendo a mí misma, y espero que por arte de magia lo consiga. Me da que sí.
Y la magia empieza hoy...
No puede ser... a partir de hoy vuelvo a ponerme a dieta (y vosotr@s sois testigos). Así que me encomiendo a mí misma, y espero que por arte de magia lo consiga. Me da que sí.
Y la magia empieza hoy...
Joan Colomo
Comentarios
Dante: Lo suscribo, mucho santo y poco tiempo... que conste que a mí me da igual que este señor venga o deje de venir mientras no sea a costa del contribuyente...
Raúl: ¡y toma variadas formas! Saludillos!