Yo, que me encuentro en mi casa de Barcelona a miles de kilómetros de donde está mi amigo perdido en el sueño, me preocupo por si ese entorno puede volvérsele aún más tenebroso y hostil y acabo imaginando que paseo por las tinieblas exteriores del sueño de Sergio y que desde ellas consigo verle. Una frágil frontera separa mi paisaje de tinieblas del suyo y comprendo de inmediato que cada uno tiene su propio paisaje y que ir de excusión por el entorno tenebroso de su sueño me ha llevado a descubrir que las afueras hostiles son la vida secreta que como escritor lleva mi amigo y maestro. Ahí no tengo nada que ver, porque no quiero verme a mí mismo. Pero me veo y veo que soy yo mismo que anda por su vida secreta. Marcho largo rato perdido por ella. Ensoñación y bruma. hasta que le oigo decir al maestro: "Aún ahora me sorprende ver mi vida entera transformada en cuentos". A diferencia de hace unos instantes, le siento en este momento muy cerca, a mi lado, pisando ya la débil frontera, como un oscuro hermano gemelo.
(Presentación de Enrique Vila-Matas de "Los mejores cuentos", de Sergio Pitol, Ed. Anagrama)
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