Sigo mirando… A pesar de la agenda descolocada, a pesar de las horas que a veces me faltan, a pesar de muchas cosas, sigo mirando… Ha sido uno de mis propósitos de este año y la verdad es que me ha llevado a personas y lugares inesperados. En breve, dejaré de mirar. O mejor dicho, quizá no lo haga con tanta asiduidad. En breve, eso sí, dejaré a algunos de mis compañeros de miradas. Espero que ellos sigan haciéndolo (seguro que sí) y que los recortes anunciados no les hagan mirar hacia otros lados. Gracias a ellos, ahora miro de forma distinta. Muy distinta, de hecho. Un edificio, una ventana, un pilar… para mí ya no son lo mismo que antes. Qué sorpresa encontrarme este año con gente curiosa y amante de patearse la ciudad, de dar pasos sin más, y de mirar, mirar mucho: su ciudad, los edificios, la luz, los huecos, ¡tantas cosas por descubrir! Miradas de arquitecto en realidad, sin serlo ellos, que han hecho que me fije en mil cosas y que han hecho, en definitiva, cambiarme la forma de mirar :) Como también me la ha cambiado el hecho de adentrarme en algunas rutas que se ofrecen en la ciudad. Hay multitud y para todos los gustos. Creedme. Algo que empecé a hacer por trabajo se ha convertido en algo verdaderamente interesante y revelador. Así, hace unos meses recorrí la ciudad viendo los lugares en los que recalaron los autores latinoamericanos en Barcelona en el momento del ‘boom’, también he paseado por los restos de fábricas industriales, por las calles donde se resigue la historia de las brujas y la Inquisición y ahora acabo de indagar en la ciudad a través de los ojos de la masonería. El responsable de esta última ruta, Carlos Mesa, periodista, tiene otras igual de interesantes. Os las recomiendo desde ya. Y es que por suerte, la gente sigue mirando. Ya sea curiosidad, por un regalo inesperado o por una manera diferente de pasar el rato, la gente 'autóctona' (y no sólo los turistas) se interesa por saber más de los lugares que transita a diario. Esos lugares que ve mil veces sin detenerse a observar. Hay gente que aún mira y eso me parece fantástico. Como fantástico me parece que una ciudad ofrezca tanta multiplicidad de lecturas, como cualquier buen texto. La historia de sus calles y de sus edificios, según quien la cuenta, señala unos elementos y no otros, pone énfasis en unas cosas y no en otras y eso es lo que la hace fascinante: en cada lectura, como en cualquier buena novela, se aprende algo nuevo y se extraen nuevas conclusiones…. Salid a la calle y no dejéis de mirar :-)
Y aquí os dejo un vídeo impagable... :) Gracias por vuestros comentarios, Mobius, Isabel, Ana (!)
Y aquí os dejo un vídeo impagable... :) Gracias por vuestros comentarios, Mobius, Isabel, Ana (!)
Comentarios
¡Muchos besos!
¿Qué haríamos sin las miradas amigas? :)