Causa y efecto...

Creo que con el tiempo vamos aprendiendo y asimilando cositas. Porque si no... apaga y vámonos. Por eso, hoy no me he levantado con la mala uva con la que quizá me levanté hace unos años. La distancia hace taaanto bien para taaantas cosas. Por eso, ahora que sé que todo es cuestión de causa-efecto, vivo más tranquila. Y es que esto no es una creencia ni tan siquiera una esperanza. Lo he visto, y supongo que lo seguiré viendo: todo lo que haces vuelve hacia ti. Para bien y para mal. Por eso, ciertas cosas no me quitan ya el sueño. Dejo que la vida, que es muy sabia, se encargue de ellas. Todo es cuestión de tiempo y de tomárselo con calma, dedicando las energías a aquello y a quien lo merece. Por eso, esta mañana, antes de contaminarme con las conversaciones y charlas que probablemente oiré en el metro o en el bar, he decidido buscarle cosas buenas al 'dia después'. Ando pensándolas pero de momento anticipo grandes momentos de humor. Además, también me tranquiliza saber que al menos no está Aznar, que dentro de lo malo... e incluso, si lo pienso con más distancia, en el fondo me alegra pensar en el origen de todo esto y en cómo al final quien va a tener que enmendar todo este desaguisado en el que andamos metid@s, va a ser precisamente quien lo creó... ¿Justicia poética?
No, causa-efecto.

Ya nos lo avisó Supersonic, el disco de Amaral es buenísimo...!