El
mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te
suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba
siendo verdad.
Los niños tontos, Caballito loco y Carnavalito... Primeras lecturas en la infancia que te descubren que el mundo tampoco está hecho para los adultos... Muchas gracias, Ana María Matute.
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