De trenzarse el pelo...


 (Fotografía: Lucia Humer, Rapunzel)

Escribir es como trenzarse el pelo. Tomar un montón de mechones desordenados y ásperos e intentar darles unidad. Tus dedos aún no han perfeccionado la labor. Algunas trenzas te quedan largas, otras cortas. Algunas son gruesas, otras finas. Algunas pesadas. Otras ligeras. Como las distintas mujeres de tu familia. Esas cuyas fábulas y metáforas, cuyos símiles y soliloquios, cuya dicción y je en sais quoi, por obra de sus dedos, se deslizan día a día en tu sopa de subsistencia. (Krik Krak, E. Danticat, extraído de El poder de la palabra).


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