Constreñida por unas normas de conducta que reprobaban la exhibición de las emociones, la sociedad victoriana encontró un medio discreto y eficaz con que comunicar los sentimientos. El lenguaje victoriano de las flores se basó en el libro Le Langage des Fleurs, de Charlotte de Latour, un compendio de la simbología de las flores que su autora recogió en la poesía, la mitología antigua e incluso la medicina. Nació así la floriografía, y entre 1830 y 1880 se publicaron centenares de diccionarios de flores en Europa y América. (Extraído de la web de Salamandra)
Ya han pasado algunas semanas desde que la leí, pero no quiero dejar de recomendar esta novela, ahora que se va acercando el verano y empiezan a pedirme ya recomendaciones. Es una novela entretenida, bien escrita y pese a que se nota que su autora sale de una escuela de escritura creativa, -con lo que eso conlleva de defectos y virtudes-, la novela no solo me ha gustado sino que me ha enganchado bastante. No solo me he enganchado a la historia que cuenta ("Inspirándose en el sofisticado código que la sociedad victoriana utilizaba para expresar sentimientos por medio de las flores, Vanessa Diffenbaugh narra el viaje emocional de una joven californiana que, marcada por una dolorosa historia personal, encuentra en este peculiar lenguaje el medio para recuperar su capacidad de confiar y amar a sus semejantes"), sino casi que también a la autora, que creo que merecería una novela aparte. Os dejo una entrevista con ella...y desde luego, yo ya ando esperando su próxima novela...
De fondo, os dejo a Irma Thomas, que actúa el próximo 16 de junio en la Sala Apolo de BCN...
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