Estamos de suerte: en la Pedrera (y antes de que nos quiten las exposiciones) podrá verse hasta julio esta magnífica exposición (Ars combinatoria) de la fotografía entre surrealista y poética visual de Chema Madoz. Blanco y negro, objetos recreados y poesía, mucha poesía. Imágenes que te hacen pensar y mirar las cosas de forma distinta.
Mientras la visitaba ayer, oía de refilón la visita guiada que, incomprensiblemente, solo se hace en catalán. Oía la historia de cómo Madoz conoció al poeta Brossa, un poco por casualidad. Al parecer, nada más conocerse ya sabían que se habían topado universos muy cercanos. Brossa le dijo que había tardado 70 años en encontrar a "su hermano". Efectivamente, a veces, la magia ocurre y hermana a grandes artistas como estos...
Mientras la visitaba ayer, oía de refilón la visita guiada que, incomprensiblemente, solo se hace en catalán. Oía la historia de cómo Madoz conoció al poeta Brossa, un poco por casualidad. Al parecer, nada más conocerse ya sabían que se habían topado universos muy cercanos. Brossa le dijo que había tardado 70 años en encontrar a "su hermano". Efectivamente, a veces, la magia ocurre y hermana a grandes artistas como estos...
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