Conocí que Vivian Mayer existía gracias a un amigo que vivió en los 70 en Nueva York. Alguien que solía atender a gente como Cindy Sherman en su trabajo, alguien que llegó a vivir en el piso de Andy Warhol en París. Alguien al que inevitablemente te quedas enganchado en cuanto te cuenta una historia y así, como una de muchas, me contó la de esta redescubierta fotógrafa. Vivien Mayer era una mujer extraña, una niñera que vivía en Chicago y que en los ratos que libraba salía a hacer fotos a desconocidos. No dejaba entrar nadie en su cuarto, los niños a quien cuidaba la tildaban de Mary Poppins, hablaba con acento francés y tenía opiniones firmes sobre política. Además, era anticatólica.
Cuando entraron una vez en su habitación a hurtadillas, la encontraron llena de recortes de periódicos y manga por hombro. En 2007 alguien que estaba preparando un libro sobre la ciudad de Chicago, encontró en un mercadillo unas cajas con fotografías en blanco y negro que adquirió a precio de saldo. Cuando quien las compró empezó a rebuscar en ellas, no daba crédito a lo que veía. Buscó en Google el nombre escrito en alguna de esas imágenes y apenas encontró nada. Finalmente, averiguó quién era y el resto ya se intuye: galerías rifándose las imágenes, una película en preparación, cientos y cientos de imágenes en blanco y negro por descubrir… ¡Una nueva maravilla oculta!
Parte de la info extraída de Azulbleu
Comentarios