Tenía muchas ganas de que volviera la nueva temporada de 'El Convidat'. Este programa de la televisión catalana es una pequeña perla en la parrilla actual. Albert Om, su conocido presentador, 'es invitado' a casa de alguien interesante (no todos son 'famosos') y allí se queda: observando, viviendo con ellos, a ritmo de un guión bien orquestrado y con una bso que cuenta con muchos seguidores en el Spotify. La temporada pasada fue todo un éxito. Ésta promete.
Tras el pistoletazo de salida que supuso la primera entrega la semana pasada (un íntimo y desconocido Quim Monzó), ayer Om, agnóstico declarado, nos metió en un convento de monjas de clausura para presentarnos a la religiosa más mediática que nos ha dado youtube hasta el momento: Teresa Forcades. Tenía mucho interés en este programa, ya que allí decidió marchar a hacer su vida alguien que conozco y que durante un tiempo fue compañera de estudios.
Así pues, Albert Om intentó adentrarse en los motivos de por qué ciertas mujeres y en concreto, una científica como Teresa Forcades decide hacerse monja. Tras escucharla, intuyo ciertas cosas pero no consigo entender del todo cómo alguien tan brillante y conscientemente crítica con algunos aspectos de la Iglesia, decide dedicarse en cuerpo y alma a un monasterio. Dejarlo todo, vaya. O casi todo.
Pese a mi falta de entendimiento, caí en la misma fascinación que produjo este personaje en el presentador. De igual modo me quedé atónita, y perpleja y enganchada a la pantalla, ante las declaraciones de otra residente de tan especial comunidad. Una monja que, atea hasta los 30 y al ver una palomilla en una ermita durante su recorrido en el Camino de Santiago, se vio reflejada en esa avecilla y decidió dejarlo todo (pareja incluida) e iniciar una nueva vida en medio de las montañas de Montserrat.
En fin, tras ver el programa, me quedó una sensación de tremenda tristeza y eso que, viéndolas, irradiaban felicidad en ese, su elegido oasis. Como le dije a esta amiga, hace unos meses, me alegraba que ella hubiese encontrado el camino para ser feliz. Eso supongo es lo que buscamos todos, cada uno a su modo. Es una suerte hallarlo. Fuera de esto, me es realmente difícil ponerme en su piel y comprenderlas. Aunque como dijo una de ellas, la vocación fue algo irracional, como un enamoramiento, un súbito flechazo... de esos que te pueden llevar al cielo o al infierno, o en todo caso a lugares en los que nunca se pensó recalar...
Está en catalán, pero si queréis verlo, el programa está disponible aquí.
Tras el pistoletazo de salida que supuso la primera entrega la semana pasada (un íntimo y desconocido Quim Monzó), ayer Om, agnóstico declarado, nos metió en un convento de monjas de clausura para presentarnos a la religiosa más mediática que nos ha dado youtube hasta el momento: Teresa Forcades. Tenía mucho interés en este programa, ya que allí decidió marchar a hacer su vida alguien que conozco y que durante un tiempo fue compañera de estudios.
Así pues, Albert Om intentó adentrarse en los motivos de por qué ciertas mujeres y en concreto, una científica como Teresa Forcades decide hacerse monja. Tras escucharla, intuyo ciertas cosas pero no consigo entender del todo cómo alguien tan brillante y conscientemente crítica con algunos aspectos de la Iglesia, decide dedicarse en cuerpo y alma a un monasterio. Dejarlo todo, vaya. O casi todo.
Pese a mi falta de entendimiento, caí en la misma fascinación que produjo este personaje en el presentador. De igual modo me quedé atónita, y perpleja y enganchada a la pantalla, ante las declaraciones de otra residente de tan especial comunidad. Una monja que, atea hasta los 30 y al ver una palomilla en una ermita durante su recorrido en el Camino de Santiago, se vio reflejada en esa avecilla y decidió dejarlo todo (pareja incluida) e iniciar una nueva vida en medio de las montañas de Montserrat.
En fin, tras ver el programa, me quedó una sensación de tremenda tristeza y eso que, viéndolas, irradiaban felicidad en ese, su elegido oasis. Como le dije a esta amiga, hace unos meses, me alegraba que ella hubiese encontrado el camino para ser feliz. Eso supongo es lo que buscamos todos, cada uno a su modo. Es una suerte hallarlo. Fuera de esto, me es realmente difícil ponerme en su piel y comprenderlas. Aunque como dijo una de ellas, la vocación fue algo irracional, como un enamoramiento, un súbito flechazo... de esos que te pueden llevar al cielo o al infierno, o en todo caso a lugares en los que nunca se pensó recalar...
Está en catalán, pero si queréis verlo, el programa está disponible aquí.
Comentarios
sobre las monjas, considero que la vida que parecían llevar no dejaba de ser de recogimiento, estudio, contemplación y dedicación a la serenidad del espíritu, vestidas de uniforme i con cierta rutinas/ rituales que las identifican como monjas que son. Reflexionándolo con pragmatismo, no es un vida de infierno en el cielo. El tema es que deben expresar entrega a dios (por dentro y por fuera) para que todo tenga sentido.
bsitus!
s
pd: yo tb reconocí a alquien allí :)