No sé muy bien cómo he llegado a la web de John Brophy, un artista norteamericano que se formó en la Universidad de Madrid. Sus imágenes son extrañas, provocadoras y con cierto halo entre lo sagrado y lo profano. Uno de sus temas recurrentes son los Bakus, o devoradores de sueños japoneses. No conocía este mito, que se ve tiene su origen en China, pero me ha parecido bastante intrigante:
En Japón, cuando alguien despertaba en mitad de la noche de un sueño ominoso o de una pesadilla invocaba a esta entidad protectora. “Baku kurae!” (“¡Devora, oh Baku, el sueño maligno!”), repetía por tres veces el desafortunado, pues así el Baku venía a comerse su mal sueño, llevándose todo el miedo y acabando con la posibilidad de que la desgracia anunciada en el mundo onírico se realizase algún día en el real.
Aunque era capaz de hablar con voz humana, el Baku (también llamado Shirokina Katsukami o Hakutaku) tenía forma de animal fantástico. Algunos dicen que se parecía a un tapir, pero Lafcadio Hearn, basándose en un libro antiguo cuyo título no proporciona, asegura que posee cuerpo de caballo, cara de león, trompa y colmillos de elefante, cola de vaca, frente de rinoceronte y pezuñas de tigre. Como puede colarse en los dormitorios atravesando las ventanas, hemos de suponer que su tamaño no supera al de una cabra o un perro grande. (Info extraída de aquí)
Comentarios
Daniel: pues sí, no había caído en lo del atrapasueños, pero este da más miedo (!) Espero leer esa novela :D