Cuando era pequeña, hubo una época en que intenté por todos los medios partirme la voz. Quería hacer acordes, reducirme la garganta a astillas de armonía, floridas como un campo, pues así lo veía yo. No parecía descabellado. Se me antojaba que con algo de concentración y una vigorosa bocanada de aire quizá pudiera poblarme, desencadenar a la muchedumbre de mi laringe, dar a luz, liberar todos los modos y matices, a todos los habitantes místicos y encantadores de mi discurso mental. Por las tardes, a solas, dejaba atrás el jardín y las zarzamoras, sorteaba los cebollinos coronados de lavanda y los esbeltos espárragos, rebasaba los girasoles inclinados por los ciervos o por una helada fuera de temporada y atravesaba el pequeño barranco cubierto de hierba hasta llegar al prado que se extendía mucho más atrás de la casa. O bajaba por la carretera hasta el solar vacío cercano a la Reserva Naval, donde en invierno descargaba el quitanieves del pueblo y en verano los chicos jugaban a la pelota. Paseaba la vista por las flores silvestres, el humus de las hojas y el pantano, el musgo primaveral que verdeaba en las piedras o las montañas apelmazadas de nieve negra recogida de las calles, según la estación que fuera -tuviera los mitones incrustados de hielo o las manos mugrientas de marisma-, y desde el fondo de la laringe enviaba una parte de mi voz hacia el horizonte y otra derecha hacia el cielo. Debía de llevar dolor dentro. Quería aullar, volar y despedazarme.
Little Scream- The Heron & The Fox
Comentarios
Hay tan poco de Lorrie Mooere en la red, me alegro de leer esto que no conocía.
"Debía de llevar dolor dentro. Quería aullar, volar y despedazarme."
DUELE
Besos...