Un libro de cuentos inspirados por canciones pop (Los Planetas, Pulp, Surfin Bichos, Pet Shop Boys, Lou Reed) y escritos por Fernando Montalbán. Aquí os dejo uno y como no encontré la canción que lo inspira, os dejo otra (!). Más sobre el autor en este blog Ah! El libro se presentará en FNAC Triangle (Barcelona) el jueves 28 de enero a las siete de la tarde.
Del prólogo:
La canción pop es la manera más perfecta de novelar tres minutos de experiencia dentro de una melodía de tres acordes de guitarra. Están compuestas para usarse y se pueden adaptar a circunstancias y necesidades. Son las pastillas revitalizantes con las que podemos sobrevivir en multicolor dentro de un mundo gris.
Decibelios
La vida tendría que venir con escalera de incendios. Como en las películas americanas. Una de esas a las que el protagonista se asoma para escuchar el tráfico, ver las alcantarillas humeantes y pensar melancólico en sus problemas. Una de esas en las que se esconde el amante sorprendido. Una de esas en las que Daredevil salta y salta en busca del villano de turno. Una de esas por las que huir cuando todo está en llamas.
¿Quién coño habrá sido el arquitecto inútil de nuestras vidas? (Está visto que hoy en día le dan el título a cualquiera.) ¿En qué alcantarilla se esconderá el corrupto concejal de urbanismo que aprobó la licencia de obras para que nos construyeran de esta forma tan defectuosa? (Está visto que hoy en día le dan el voto a cualquiera.)
Si la vida en general ha sido construido con el culo, la mía en particular ha sido hecha… bueno, tendría que saber más anatomía para saber con qué parte del cuerpo han construido la mía en particular. La nómina de responsables ineptos podría hacerse eterna: arquitectos, concejales, genetistas, madres…
¿Por qué, por ejemplo, no salí del útero materno con un botón de mute hecho y derecho? Ahora podría darle y hacer que se apague este ruido horrible que no para en mi cabeza. Leo en la wikipedia (sí, sí, ya sé que no es de fiar pero, seamos serios, nada es de fiar) que el límite superior deseable de ruido ronda los 50 decibelios. El ruido insoportable que zumba en mi cabeza debe superar el límite superior indeseable de 130 decibelios, por lo menos. He probado a ponerme unos auriculares que he encontrado en un cajón y subir el volumen de la música a tope. Música ruidosa, la más ruidosa que he encontrado. Un disco abominable de heavy que alguien me grabó. No funciona. El ruido de los remordimientos es mayor. Mucho mayor. Gigante. Inmenso. Insoportable.
Me he cansado de tocarme por todas partes, por partes que nunca antes había tocado, ni yo ni nadie, pero no encuentro el jodido botón de mute. Todavía no me creo que no tengamos una puñetera secuencia de nucleótidos que ordene a unas pocas proteínas que fabriquen un botón de mute. Con lo bien que me vendría un poco de silencio, la mente en blanco, ni un pensamiento más.
En algún momento amanecerá. Para entonces ya me conoceré todas las manchas de la pared. Les habré asignado todo tipo de parecidos, razonables, irrazonables e imposibles. Intento pensar algún plan que me saque de esto. Pero el ruido no me deja. Estoy atrapado. No lo soporto más.
¿Qué pasaría si me arrancara las orejas? Nada, porque el sonido es cosa del tímpano. ¿Y si me los perforara? Nada tampoco porque el ruido de los remordimientos es cosa del cerebro. ¿No sabréis, por casualidad, el teléfono de alguien que se dedique a las lobotomías? ¿Algún forense, quizás? Os dejo mi email por si alguien sabe algo: elhombreamadecasa@gmail.com
Inspirada por En sueños, de Clovis pero no pude encontrarla (!). Así que dejo una de Pulp...
Comentarios
El tema del ruido, sonido y silencio siempre han sido vitales para mi... como que he estudiado ingeniería de sonido. Pero escuchar el silencio es un paradoja imposible, un sueño inalcanzable... la tranquilidad absoluta.
Muchas veces me planteo "como" pensaríamos si no tuviéramos palabras... es decir, ahora pensamos utilizando vocablos aprendidos, ¿pero si no los tuviéramos, si no supiéramos hablar, como recrearíamos los pensamientos? Quizás de una manera menos directa y literal... una manera mas acogedora al olvido y la tranquilidad... quien sabe.
La verdad es que soy muy dado a la “proyección” de imágenes para los planteamientos. Pero aún así es imposible evitar que se cuelen palabras por todos lados.. y según como se mire, pensar con imágenes puede ser más impaciente (para bien y para mal) que pensar solo con palabras.
El sonido siempre nos acompaña, podemos reducir sus efectos, oír en vez de escuchar, pero nunca podremos conocer la tranquilidad absoluta en nuestra mente.
www.youtube.com/watch?v=dhSre0yIWYw
me gusta la idea de relatar vía melódica. valen más 3 minutos de canción que mil palabras, pero si usas mil palabras inspiradas en 3 minutos de canción ya tiene que ser la repanocha.
El libro promete. Lo compraré.
Besos!
El teatro sigue en Butaquesisomnis
Outsider: jiji, no...aunque ya podría venir un cd con el libro!
Raúl: gracias por el link! pues a ver si me encuentro un relato pronto inspirado por una canción en tu blog :)
Evánder: pues ya contarás a ver si te gusta! Besosss!
Butaques i somnis: lo sé, lo sé que sigues :), y me has hecho entrar envidia al haber visto El baile y una obra de teatro de A.Ball...nos seguimos leyendo!
;D
Buen Finde!