De la fascinante literatura femenina en la era de Heian...



La vida tiene cada día cosas sorprendentes... O si no, decidme si no es realmente sorprendente que se llene toda una sala un día cualquiera entre semana, entre estrés laboral o agobios académicos, en la ciudad de Barcelona tan sólo para escuchar a alguien hablar de literatura femenina japonesa en la era de Heian (s. VIII-XII)...

Pues sí...eso pasó hace unos días... entre cansancio y cierta aglomeración, escuchamos atentos cómo Jordi Mas, alguien que se dedica a investigar este período (y en concreto, la influencia de la literatura japonesa en la catalana...por ejemplo, el haiku en Papasseit) y un apasionado en concreto de los ‘nikki’ (diarios), nos iba lanzando apuntes dispersos sobre este aún muy desconocido y atractivo género.

Nos leyó breves fragmentos, nos recomendó La novela de Genji y nos habló de contexto histórico donde el eje, al menos aparente, era el emperador y de cómo las damas que asistían a la emperatriz tenían demasiado tiempo libre. Para ocuparlo, pues, se dedicaban a la escritura. También relató cómo estas mujeres competían entre sí, de cómo rivalizaban las damas de distintas emperatrices (existía la poligamia) y del milagro de que en esa época surgieran, coincidiendo en el tiempo, dos escritoras tan excepcionales como fueron Murasaki Shikibu y Sei Shonagon.

Y así nos aportó valiosa información para leer a éstas y otras autoras, y así entenderlas un poco y contextualizarlas... Y para ello nos habló de que en aquel entonces la belleza se medía por cómo vestían (en concreto, por la combinación de colores) ya que apenas se podía vislumbrar a las mujeres. Y es que debía ser duro vivir encerrada en casa o ocultarse permanentemente tras un abanico si había un hombre presente... La otra manera de juzgar la belleza era por la caligrafía... y es que aunque el hombre fuera a dormir de noche con la dama, sólo se le consideraba interesado si había un poema por en medio, cuidadosamente caligrafiado. En caso contrario, el galanteo entre hombre y mujer sólo podía hacerse a través del intercambio de poemas (los llamados waka)... y es que aunque un hombre durmiera con una dama, sólo podía considerársele interesado si éste le escribía un poema... Así pues, podía llegar de noche y estar con la dama, marcharse antes del alba para que no lo vieran...sólo cuando existía un poema, podía pensarse que la cosa podía ir a más :)

Pero lo más fascinante de todo esto es algo que comparto plenamente con lo que se dijo en esa charla....y es que estos textos son tremendamente ‘modernos’ y actuales. Podrían haber sido escritos en nuestra época, salvando distancias culturales y temporales, pero en lo esencial describen actitudes, sentimientos y situaciones tan cercanos que es imposible no reconocerse en algunas de sus palabras tan lejanas como cercanas...


PD: El libro de Liza Dalby está muy bien (foto). Biografía novelada de Murasaki Shibiku.

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