Ains, esto es la continuación a mi post de ‘decisiones transcendentales’ del pasado diciembre (http://wordsarevitamins.blogspot.com/2007/12/de-decisiones-trascendentales.html).
Si ya decía ahí, que estas decisiones mías suelen ser precipitadas y no llevan a buen puerto, y es que lo veía venir... pero pese a verlo, lo hice igualmente...y bueno, ahí está como nota-intento en mi futura e hipotética biografía...que espero que jamás vea la luz :)
Y es que, to make a long story short (=abreviando que es gerundio), por falta de tiempo, tuve que dejar mis clases de cocina. Ains, ains, ains...oigo en la lejanía y al unísono... Snif, snif...mucho dolor y pena sí, pero seamos positivos :) Para todas aquellas de mis amistades a quienes se os iluminó la cara ante la posibilidad de que os hiciera copiosos y opíparos manjares en mi mini cocina, debo deciros que... pongáis una vela ¡¡porque la fe mueve montañas!!! Así pues, confiad en los platos precocinados, confiad en la gran gama de servicios de catering de mi- esta nueva- ciudad, confiad en platos muy básicos (y por básicos, entiendo nada relacionado con platos procedentes de cocinas exóticas o países que no sé localizar en el mapa sin pensármelo un minuto) y sí, voy a decirlo, confiad también en Telepizza (¡!!)...porque dudo de que la cosa llegue a más...de momento :)
Y es que es una pena –lo reconozco- porque me lo pasé bien viendo que si lo hace otro, tampoco es tan complicado!!! :) Te fijas, aprendes truquitos y piensas y ¿dónde diantres pondría yo ese bol en mi cocina? Y también reflexionas y te dices, uy pero ¡qué facilito sería esto si yo tuviera incluso horno!!! Y hasta incluso -¡flipad!!- descubres artilugios nuevos que aunque parezca que vienen de otra galaxia, en realidad puedes encontrarlos en la correspondiente planta de El Corte Inglés (¡!)... En fin, un súmmum de infinitas y maravillosas posibilidades de un mundo que encuentro interesantísimo a la par que terapéutico :) Comentario aparte merecería el ambiente y conversaciones que generaron las clases. Tema en el que no entraré porque nunca se sabe quien te puede leer.... Pero en resumen, muy agradable, sorprendente y divertido :) Así que pese a todo, me encantaría volver a intentarlo en otro momento porque la verdad merece la pena.
Por cierto, comentario aparte también, merecería la degustación final con que concluía la clase. Ay ¡! Supongo que es normal que después de pasarnos toda la clase literalmente salivando –repito, literalmente salivando- y esperando ese momento final en el que los ruiditos de nuestras tripas ya estaban sincronizados y acompasados, pasase lo que acababa pasando... Silencio casi reverencial y atónito...Mezcla de asombro e ilusión infantil... Y, claro, desaparición de todo producto comestible en menos de cinco minutos... Creo que j-a-m-á-s he cenado tan bien como en esas clases...Y es que una simple pechuga de pollo parecía un auténtico manjar...
En fin, mejor volvamos a mi actual (y cruda) realidad en la que no existe ni el horno ni –ay, como duele esto- ¡el congelador! Y dejémonos de ensoñaciones del pasado... para volver al presente. Presente en el que retomo el blog tras unos días algo estresantes en los que me volvió a entrar el gusanillo de la cocina. Aunque algo alicaída en ese momento por ver de nuevo mi nevera vacía, rápida y veloz me lancé otra vez al youtube y hallé, como si fuera mi Biblia-consuelo particular, la respuesta.
Aquí os la dejo...
Más en: http://www.bottup.com/recetasmileuristas/ (Con la continuación del desenlace con Gallardón...).
PD: E., no te asustes si lees este post, te alimentaré correctamente cuando vengas esta semana...Y esta vez, espero tener la nevera llena :)
Si ya decía ahí, que estas decisiones mías suelen ser precipitadas y no llevan a buen puerto, y es que lo veía venir... pero pese a verlo, lo hice igualmente...y bueno, ahí está como nota-intento en mi futura e hipotética biografía...que espero que jamás vea la luz :)
Y es que, to make a long story short (=abreviando que es gerundio), por falta de tiempo, tuve que dejar mis clases de cocina. Ains, ains, ains...oigo en la lejanía y al unísono... Snif, snif...mucho dolor y pena sí, pero seamos positivos :) Para todas aquellas de mis amistades a quienes se os iluminó la cara ante la posibilidad de que os hiciera copiosos y opíparos manjares en mi mini cocina, debo deciros que... pongáis una vela ¡¡porque la fe mueve montañas!!! Así pues, confiad en los platos precocinados, confiad en la gran gama de servicios de catering de mi- esta nueva- ciudad, confiad en platos muy básicos (y por básicos, entiendo nada relacionado con platos procedentes de cocinas exóticas o países que no sé localizar en el mapa sin pensármelo un minuto) y sí, voy a decirlo, confiad también en Telepizza (¡!!)...porque dudo de que la cosa llegue a más...de momento :)
Y es que es una pena –lo reconozco- porque me lo pasé bien viendo que si lo hace otro, tampoco es tan complicado!!! :) Te fijas, aprendes truquitos y piensas y ¿dónde diantres pondría yo ese bol en mi cocina? Y también reflexionas y te dices, uy pero ¡qué facilito sería esto si yo tuviera incluso horno!!! Y hasta incluso -¡flipad!!- descubres artilugios nuevos que aunque parezca que vienen de otra galaxia, en realidad puedes encontrarlos en la correspondiente planta de El Corte Inglés (¡!)... En fin, un súmmum de infinitas y maravillosas posibilidades de un mundo que encuentro interesantísimo a la par que terapéutico :) Comentario aparte merecería el ambiente y conversaciones que generaron las clases. Tema en el que no entraré porque nunca se sabe quien te puede leer.... Pero en resumen, muy agradable, sorprendente y divertido :) Así que pese a todo, me encantaría volver a intentarlo en otro momento porque la verdad merece la pena.
Por cierto, comentario aparte también, merecería la degustación final con que concluía la clase. Ay ¡! Supongo que es normal que después de pasarnos toda la clase literalmente salivando –repito, literalmente salivando- y esperando ese momento final en el que los ruiditos de nuestras tripas ya estaban sincronizados y acompasados, pasase lo que acababa pasando... Silencio casi reverencial y atónito...Mezcla de asombro e ilusión infantil... Y, claro, desaparición de todo producto comestible en menos de cinco minutos... Creo que j-a-m-á-s he cenado tan bien como en esas clases...Y es que una simple pechuga de pollo parecía un auténtico manjar...
En fin, mejor volvamos a mi actual (y cruda) realidad en la que no existe ni el horno ni –ay, como duele esto- ¡el congelador! Y dejémonos de ensoñaciones del pasado... para volver al presente. Presente en el que retomo el blog tras unos días algo estresantes en los que me volvió a entrar el gusanillo de la cocina. Aunque algo alicaída en ese momento por ver de nuevo mi nevera vacía, rápida y veloz me lancé otra vez al youtube y hallé, como si fuera mi Biblia-consuelo particular, la respuesta.
Aquí os la dejo...
Más en: http://www.bottup.com/recetasmileuristas/ (Con la continuación del desenlace con Gallardón...).
PD: E., no te asustes si lees este post, te alimentaré correctamente cuando vengas esta semana...Y esta vez, espero tener la nevera llena :)
Comentarios
bueno...lo intentaste!
;-)
yo estoy igual, que conste! comiendo para sobrevivir...y...poco más!
que triste!
;-)
(tu esta nueva ciudad? te me mudaste?)
eghh?
[no, no me he mudado otra vez pero Mataró es nueva ciudad para mí pues llevo aquí solo unos meses...y por cierto, sin apenas conocerla aún (!) ya que estoy casi siempre en BCN...en fin, espero que eso de 'nueva' se vaya quitando pronto :)