Una de las cosas curiosas que me han pasado en este último año que ya termina es que he vuelto a soñar. Tranquilos, que no me he tomado nada ilegal, para empezar así este post :) No me refiero a imaginar y fantasear y caer en ensoñaciones... No, nada de eso, me refiero al acto de soñar literalmente. A dormirse y a tener sueños. Bueno...pues a esos.
Aunque tal vez, deba ser más precisa con el lenguaje y decir que he vuelto a recordar con más frecuencia mis sueños porque según los expertos todos soñamos... Durante un tiempo trabajé con una chica que era toda una experta en el tema y había hecho un posgrado exactamente de eso: del sueño, de sus trastornos, de la fase REM, de los terrores nocturnos infantiles, de la narcolepsia (qué miedo)... El tema me apasionaba y ella me contaba que podía regularse, gradualmente, y que uno podría domeñar, si se quiere usar la metáfora, los propios sueños y su frecuencia. El sueño era casi como un programita, vaya. Podíamos manejarlo a nuestro antojo con paciencia y buenos profesionales. Ella me contaba y yo la escuchaba... algo desconcertada pero curiosa ante su discurso, que dominaba a la perfección y en el que usaba términos tan crípticos como ritmo circadiano o somniloquio... En nuestras charlas, yo le juraba y perjuraba que no tenía sueños. “Imposible”, me decía, “todos soñamos...pero no todos recordamos los sueños”.
Debo decir, no obstante, que en épocas de estrés o especialmente intensas por otros motivos, sí soñaba alguna vez, de forma intermitente y a menudo recurrente. Fragmentos inconexos y normalmente confusos que me dejaban con incógnitas que antes no tenía pero que, por suerte, olvidaba con gran rapidez. En cambio, siempre me maravilló la gente que recordaba los sueños vívidamente y con todo lujo de detalles: en color o en blanco y negro, recordando detalles específicamente e incluso diálogos. Hay personas que sueñan casi peliculitas, sueños ordenados y coherentes, y luego están quienes los anotan para no olvidarlos (como supongo haría Mary Shelley antes de escribir su Frankestein). También vaya faena cuando un sueño se interrumpe en un momento crucial...
Y es que ¿quién no ha intentado volver a dormirse tras un despertar brusco, deseando reengancharse al sueño o a la pesadilla, para conocer su final?
Curioso esto de los sueños... En la tele, en TV3, cada semana, en un programa los analizan e interpretan. Arte antiguo donde los haya y donde la gente llama, normalmente preocupada por saber qué significa una escena que se les repite noche tras noche, habitualmente en forma de símbolo sin aparente sentido. La experta –no sé cómo llamarla- les hace un par de preguntitas, contextualiza el sueño y el misterio inicial se desvanece...
Y es que tener uno u otro sueño sigue siendo, creo, uno de los pocos misterios que aún nos quedan.... Unas veces nos traen a la memoria a alguien que hace mucho que no veíamos; otras nos producen una desazón o inquietud innecesaria por algo en que no habíamos reparado aunque a la vez - y ahí está para mí la gracia- son fuente de inspiración, preguntas, sensaciones, recuerdos...
Aunque tal vez, deba ser más precisa con el lenguaje y decir que he vuelto a recordar con más frecuencia mis sueños porque según los expertos todos soñamos... Durante un tiempo trabajé con una chica que era toda una experta en el tema y había hecho un posgrado exactamente de eso: del sueño, de sus trastornos, de la fase REM, de los terrores nocturnos infantiles, de la narcolepsia (qué miedo)... El tema me apasionaba y ella me contaba que podía regularse, gradualmente, y que uno podría domeñar, si se quiere usar la metáfora, los propios sueños y su frecuencia. El sueño era casi como un programita, vaya. Podíamos manejarlo a nuestro antojo con paciencia y buenos profesionales. Ella me contaba y yo la escuchaba... algo desconcertada pero curiosa ante su discurso, que dominaba a la perfección y en el que usaba términos tan crípticos como ritmo circadiano o somniloquio... En nuestras charlas, yo le juraba y perjuraba que no tenía sueños. “Imposible”, me decía, “todos soñamos...pero no todos recordamos los sueños”.
Debo decir, no obstante, que en épocas de estrés o especialmente intensas por otros motivos, sí soñaba alguna vez, de forma intermitente y a menudo recurrente. Fragmentos inconexos y normalmente confusos que me dejaban con incógnitas que antes no tenía pero que, por suerte, olvidaba con gran rapidez. En cambio, siempre me maravilló la gente que recordaba los sueños vívidamente y con todo lujo de detalles: en color o en blanco y negro, recordando detalles específicamente e incluso diálogos. Hay personas que sueñan casi peliculitas, sueños ordenados y coherentes, y luego están quienes los anotan para no olvidarlos (como supongo haría Mary Shelley antes de escribir su Frankestein). También vaya faena cuando un sueño se interrumpe en un momento crucial...
Y es que ¿quién no ha intentado volver a dormirse tras un despertar brusco, deseando reengancharse al sueño o a la pesadilla, para conocer su final?
Curioso esto de los sueños... En la tele, en TV3, cada semana, en un programa los analizan e interpretan. Arte antiguo donde los haya y donde la gente llama, normalmente preocupada por saber qué significa una escena que se les repite noche tras noche, habitualmente en forma de símbolo sin aparente sentido. La experta –no sé cómo llamarla- les hace un par de preguntitas, contextualiza el sueño y el misterio inicial se desvanece...
Y es que tener uno u otro sueño sigue siendo, creo, uno de los pocos misterios que aún nos quedan.... Unas veces nos traen a la memoria a alguien que hace mucho que no veíamos; otras nos producen una desazón o inquietud innecesaria por algo en que no habíamos reparado aunque a la vez - y ahí está para mí la gracia- son fuente de inspiración, preguntas, sensaciones, recuerdos...
... y eso es bueno... ¿no? :)
Felices sueños... :)
Una novela recién publicada, que espero comentar, también surgida de un sueño:
Dormir amb Winona Ryder de Edgar Cantero
(http://punkahoy.blogspot.com/)
Ilustración de Rene Martin (http://www.galeriavalanti.com/pages/a_rmartin_eng.htm)
Felices sueños... :)
Una novela recién publicada, que espero comentar, también surgida de un sueño:
Dormir amb Winona Ryder de Edgar Cantero
(http://punkahoy.blogspot.com/)
Ilustración de Rene Martin (http://www.galeriavalanti.com/pages/a_rmartin_eng.htm)
Comentarios
És ben curiós que ahir pensés en aquest tema...
A quien le interese: www.anagrama-ed.es/titulo/PN_416
También están (como cuento en mi post (http://blogs.diariosur.es/bienvenidosalajungla/2007/11/30/mientras-pueda-sonar) los sueños que se tienen despierto. Esos a veces son más irreales, pero al mismo tiempo son buenos acicates para perseguirlos e intentar hacerlos realidad.
Un saludo.
"En mi sueño soñé que vivía en una mansión enorme, llena de espejos.
Dentro de los espejos vivía mucha gente, multitudes de gente hablando, riendo. Ellas eran blancas y ellos negros, y también había muchos cuervos volando por las habitaciones, volando dentro de los espejos. Yo era el único que estaba fuera y los contemplaba. Y por las ventanas entraba un ruido
como de mar, de olas contra la arena, pero más continuo, rápido..."
Un abrazo,
Carlos
PD. ¿Llegaremos a cien?