Me fascinan y aterran los diarios íntimos. Cuando leo que se publica el diario de algún escritor o artista, me debato entre la curiosidad por leerlos y la pena por que algún albacea haya dado el permiso para publicarlos. ¿Qué derecho se tiene para publicar algo que en principio no estaba escrito para ese fin?
Algo similar sucede con la correspondencia, las cartas, que son al fin y al cabo textos escritos exclusivamente con un destinatario en mente... De repente, un/a antiguo/a amante de artista está en la ruina y vende esos papeles que habían llevado tanto tiempo ocultos. Cartas de amor, de despecho...a la luz de todo ojo ajeno. Sin embargo, los diarios constituyen aún más si cabe la esencia de lo íntimo. Se escriben para nadie o para uno mismo y quizá por ello, sean la manera más profunda de conocer a quien los escribe. Es el retrato implacable y subjetivo por excelencia, la plasmación inmediata y ‘en caliente’ de un hecho o situación vivida...es como tomar una instantánea del caos/lucidez internos de un momento dado.
Hace un año, me topé con mi diario de infancia. Creo que solo escribí uno y fue breve. Ni lo recordaba cuando me lo encontré. Fue un regalo de alguien que no recuerdo, era de color rosa y tenía candado y llavecita. Tras escribir en el diario, lo escondía para que nadie lo encontrara :) Al releer algún fragmento este fin de semana, que volví a encontrarlo haciendo limpieza, ha seguido causándome bastante impresión. La forma en que escribía, lo que contaba...me alucina que hayan pasado veinte años por lo menos y, en lo esencial, me reconozco plenamente. Sigue siendo una sensación muy rara.
Me pregunto si a mi tocaya Sylvia Plath le sucedió lo mismo. Esta poeta norteamericana empezó a escribir su diario a los 11 años (edad en la que yo también escribí el mío) y no cesó de hacerlo hasta su muerte. Hace unos años leí su diario parcial (hasta hará un par de años no se publicaron enteros...cuando falleció Ted Hugues, su marido) y me impresionó su lectura. Plath era tan vital y luchadora. Sus poemas son de difícil lectura y leer los diarios ayuda a intentar entenderlos un poco.
Todo esto me hace pensar en si existirá la recopilación de diarios o cartas en el futuro... lo dudo seriamente. Me parece que el blog y el email han terminado con estos ‘géneros’... Además, ya no hay tiempo para escribir...los autores van de gira y promociones varias...supongo que aún debe haber de la vieja escuela...pero me parece que pocos...
Supongo también que a pequeña escala y a mucha distancia, he caído yo también en estas redes y trampa. Aquí estoy, ironías de la vida, retomando la escritura de aquel diario de los once años pero esta vez, me temo, sin posibilidad de esconder las llavecitas... :)
Ay, cómo cambian los tiempos...
With me, the present is forever, and forever is always shifting, flowing, melting. This second is life. And when it is gone it is dead. But you can't start over with each new second. You have to judge by what is dead. It's like quicksand ... hopeless from the start. A story, a picture, can renew sensation a little, but not enough, not enough. Nothing is real except the present, and already, I feel the weight of centuries smothering me. Some girl a hundred years ago once lived as I do. And she is dead. I am the present, but I know I, too, will pass. The high moment, the burning flash, come and are gone, continuous quicksand. And I don't want to die. (Sylvia Plath, Journals)
Algo similar sucede con la correspondencia, las cartas, que son al fin y al cabo textos escritos exclusivamente con un destinatario en mente... De repente, un/a antiguo/a amante de artista está en la ruina y vende esos papeles que habían llevado tanto tiempo ocultos. Cartas de amor, de despecho...a la luz de todo ojo ajeno. Sin embargo, los diarios constituyen aún más si cabe la esencia de lo íntimo. Se escriben para nadie o para uno mismo y quizá por ello, sean la manera más profunda de conocer a quien los escribe. Es el retrato implacable y subjetivo por excelencia, la plasmación inmediata y ‘en caliente’ de un hecho o situación vivida...es como tomar una instantánea del caos/lucidez internos de un momento dado.
Hace un año, me topé con mi diario de infancia. Creo que solo escribí uno y fue breve. Ni lo recordaba cuando me lo encontré. Fue un regalo de alguien que no recuerdo, era de color rosa y tenía candado y llavecita. Tras escribir en el diario, lo escondía para que nadie lo encontrara :) Al releer algún fragmento este fin de semana, que volví a encontrarlo haciendo limpieza, ha seguido causándome bastante impresión. La forma en que escribía, lo que contaba...me alucina que hayan pasado veinte años por lo menos y, en lo esencial, me reconozco plenamente. Sigue siendo una sensación muy rara.
Me pregunto si a mi tocaya Sylvia Plath le sucedió lo mismo. Esta poeta norteamericana empezó a escribir su diario a los 11 años (edad en la que yo también escribí el mío) y no cesó de hacerlo hasta su muerte. Hace unos años leí su diario parcial (hasta hará un par de años no se publicaron enteros...cuando falleció Ted Hugues, su marido) y me impresionó su lectura. Plath era tan vital y luchadora. Sus poemas son de difícil lectura y leer los diarios ayuda a intentar entenderlos un poco.
Todo esto me hace pensar en si existirá la recopilación de diarios o cartas en el futuro... lo dudo seriamente. Me parece que el blog y el email han terminado con estos ‘géneros’... Además, ya no hay tiempo para escribir...los autores van de gira y promociones varias...supongo que aún debe haber de la vieja escuela...pero me parece que pocos...
Supongo también que a pequeña escala y a mucha distancia, he caído yo también en estas redes y trampa. Aquí estoy, ironías de la vida, retomando la escritura de aquel diario de los once años pero esta vez, me temo, sin posibilidad de esconder las llavecitas... :)
Ay, cómo cambian los tiempos...
With me, the present is forever, and forever is always shifting, flowing, melting. This second is life. And when it is gone it is dead. But you can't start over with each new second. You have to judge by what is dead. It's like quicksand ... hopeless from the start. A story, a picture, can renew sensation a little, but not enough, not enough. Nothing is real except the present, and already, I feel the weight of centuries smothering me. Some girl a hundred years ago once lived as I do. And she is dead. I am the present, but I know I, too, will pass. The high moment, the burning flash, come and are gone, continuous quicksand. And I don't want to die. (Sylvia Plath, Journals)
Ryan Adams...
Comentarios
No conec l'obra de Sylvia Plath, tot i que n'he sentit a parlar bastant, així que hauré de fer els deures.
Com a curiositat, suposo que ja saps que Ryan Adams té una cançó dedicada a Sylvia Plath...
To me pregunto, por eso, si los blogs no son efectivamente´el nuevo "diario" ! Aqui vuelcas tus pensamientos, tus gustos, un poco lo que te va pasando! Vale que quizás no tiene el mismo grado de intimidad, dado que nos sabemos leídos (aunque te digo q he visto algunos blogs nada pudorosos en ese sentido!)
Nada! eso! Que sepas que escribes genial! Y por lo qué dices y cómo lo dices animas a coger el libro i leerlo!
;-)
ana